Capitulo 1:
Me
llamo Yamada Ryosuke, voy a la escuela media superior. Soy el alumno
modelo, mis notas son de matrícula, todos los profesores y alumnos
me admiran. Soy el centro de atención tanto en los estudios como en
el deporte. Siempre me piden ayuda para todos los eventos especiales
que se hacen allí. En definitiva soy el primero de todo el instituto
sin decir que también soy muy popular entre las chicas, soy tanto un
alumno modelo como un hijo ejemplar a vista de todos... pero tengo un
secreto que nadie, y repito, nadie sabe, y es mi relación con mi
amigo de la infancia Chinen Yuri.
Era
sábado, me encantaban los sábados no había clase y podía
relajarme sin necesidad de estar pendiente de todo el mundo. Ese día,
además, mi madre había salido a comprar algunas cosas que le hacían
falta para preparar la comida y mi hermana no estaba, por lo que me
encontraba totalmente solo.
Me
levanté de la cama y bajé al salón a ver algún programa de
entretenimiento en la tele. De repente se escucharon algunos golpes
secos en la puerta, me levanté corriendo y abrí la puerta. Allí se
encontraba el pequeño Chinen, se le veía algo adormilado, le
encantaba dormir hasta tarde pero ese día se había levantado más temprano
de lo normal así que aún no estaba con los pies en la tierra.
-Chinen-dije
sonriendo al verlo dejando escapar una risa leve- ¿qué haces
despierto a estas horas?-
-Es
que mi madre... me ha hecho levantarme porque hoy venían los
pintores a arreglar... mi cuarto-decía entre bostezos.
-Anda
pasa y siéntate que te prepararé café a ver si así te despiertas-
-Sii~-
Lo
hice pasar hacía el salón, dejándolo allí viendo la tele mientras
yo me fui a la cocina a prepararle el café y a coger algo de comer
para mi.
-Oye
Chinen ¿quieres algo de comer?-dije desde lejos mientras preparaba
su café pero no recibía ninguna respuesta con lo que pensé que se
había dormido.
De
repente noté unas manos en mi cintura, giré algo la cabeza y era
Chinen que me había rodeado con sus brazos.
-¿Qué
haces aquí?-dije sonriendo- pensé que te habías dormido-
-Que
va-dijo riendo- deja eso y hazme caso- dijo dándome la vuelta
-¡Pero
si te hago caso! ¿Recuerdas que esto lo estoy preparando para ti?-
-Pero
yo no quiero nada de eso, yo quiero a Yamachan-dijo mientras me
rodeaba el cuellos con sus delgados brazos y se alzaba un poco para
terminar apoyando sus labios sobre los míos. Lo cogí de la cintura
acercándolo más a mi. Deseaba estar así las veinticuatro horas del
día.
Empezó
a deslizar sus manos lentamente por mi torso hasta llegar a mi
miembro el cual apretó, solté un pequeño gemido que quedó ahogado
en el beso. Aquello hizo que me excitara aún más y comencé a
besarlo con más pasión pero él se apartó de repente.
-Bueno
vamos a comer que tengo hambre-
Como
no me lo había vuelto ha hacer, me quedé boquiabierto sin saber que
decir hasta que
volví a la normalidad
-¡¿Otra
vez?! Siempre me dejas a medias-
Él
solo se limito a mirarme riendo y sacar la lengua, negué con la
cabeza suspirando a la vez que sonreía.
-Anda,
llevate la comida que termino de preparar tu café-
Terminé
con lo que me quedaba y me senté con él en el sofá.
-Aquí
tienes-dije dándole la taza.
-Muchas
gracias Yamachan- dijo sonriendo
Me
eché apoyado en el respaldo del sofá poniéndome cómodo cogiendo
un paquete de galletas de chocolate que se había traído Chinen de
la cocina.
-Yamachan~-
dijo Chinen mientras se echaba en el sofá apoyando la cabeza sobre
mis piernas.
-Dime-
-Esta
noche me quedaré a dormir-
-¡¿QUÉ?!-
-Dejame~-dijo
haciendo un pequeño puchero- es que en mi cuarto no puedo dormir con
todo por medio-
-N-no
si sabes... que no me importa..-
-¡Entonces
me quedo!- dijo cambiando sus pucheros por una amplia sonrisa.
No
me molestaba que se quedase, es más, me encantaba pero el problema
era que tenerlo durmiendo al lado... hacía que no me pudiera
resistir y eso hacía que después no durmiera en toda la noche
porque si algún miembro de mi familia se enterase de lo nuestro...
sería el fin.
Chinen
siempre ha estado conmigo, desde que eramos pequeños, ya que su
madre y la mía eran también amigas de la infancia. Así que era
normal que estuviéramos siempre juntos, incluso hemos ido siempre al
mismo colegio. Aún recuerdo cuando empezó todo esto, aquella tarde
de verano. A penas teníamos siete años aunque Chinen parecía mucho
más pequeño porque siempre ha sido muy bajo de estatura y tiene esa
cara tan de niño que es lo que le hace más lindo.
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-Yamachan~
esta peli aburre... ¿por qué no pones los dibujos?-
-Pues
porque ya se han acabado y todavía falta mucho para que empiecen los
otros-
-Jo...
pues juguemos entonces-dijo zarandeándome
-Chinen...
esperate que a mi me gusta la peli-
Se
tumbo de costado y siguió viendo la peli algo enfadado.
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Recuerdo
que estaba frente a la televisión mirando atento la peli, cuando
salió la ultima escena de todas las pelis en la que la pareja
termina besándose. Aquello le llamo mucho la atención a Chinen.
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-Yamachan..
¿qué hacen?-dijo incorporándose mientras miraba atento la
televisión.
-No
mires eso, que son cosas que hacen los mayores, se están besando-
-¿Papá
y mamá también?- preguntó inocentemente
-¡Claro!
Todos los mayores lo hacen-
-¿Y
que se siente?-
-Pues
no lo sé... pero parece que les gusta porque cuando empiezan no
paran- asentí varias veces.
-Mmm...
yo quiero probarlo...-
-No
puedes, eso solo lo hacen los mayores y tú no eres mayor-
-¡Pero
yo quiero!- dijo lloriqueando mientras me zarandeaba el brazo
apretando fuerte.
-Vale,
vale no llores, lo hacemos pero solo una vez ¿vale?-
Chinen
asintió rápidamente con una sonrisa. Me puse delante de él a
cuatro patas mientras él me miraba con una inocente sonrisa.
-Tienes
que cerrar los ojos-le dije
-¿Por
qué?-preguntó frunciendo el ceño
-No
sé, es como una especie de regla, todos los mayores lo hacen-
-Esta
bien pero no tardes- dijo mientras cerraba los ojos.
Me
acerqué a él y cerrando también los ojos posé mis labios sobre
los suyos. Se sentía raro pero la verdad es que me gustaba. Unos
segundos después Chinen me empujó apartándome de él.
-¡Que
me ahogo!-dijo poniéndose una mano en el pecho
-Tonto,
tienes que respirar por la nariz-
-Pero
me ha gustado, yo quiero otro beso-
“Me
gustaba, se sentía bien así que no podía estar mal” eso fue lo
que pensé, así que asentí con la cabeza.
-Nos
daremos más besos-
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--Continuara--